domingo, febrero 28, 2010

#76 - 2 Mi buen nombre

Parte primera aquí.

Se despertó con un sabor amargo y pastoso en la boca, la lengua pegada al paladar, un ligero olor a vómito subiéndole por la garganta hasta la frente, clavándosele entre los ojos. Ácido. Amargo. Recién despertado, con un hilo de baba cayendo por entre la comisura de los labios.

Ella seguía allí, sentada sobre el sofá, con las piernas cruzadas. Sonriendo.

Conforme se despertó se dio cuenta de dónde estaba. Seguía en su oficina. Conforme sus sentidos volvían a él, se dio cuenta de quién era ella. Se dio cuenta de que tenía las manos atadas a la espalda. Seguía desnudo.
- ¿Qué es lo que quieres? - fue lo primero que dijo.
- Buenos días...

Los brazos a su espalda formaban un ángulo más bien incómodo, forzando los hombros y los codos hasta un punto que hacía prácticamente imposible soltarse.
- ¿Cuánto quieres?
- ¿Qué cuánto quiero? - parpadeó de forma casi infantil, una sonrisa deliciosa en su boca. - ¿Una contraoferta?
- ¿Contraoferta?
- Claro querido... ya me han pagado mucho y bien por destruirte.
- ¿Destruirme? ¿Vas... a matarme?

Rió, sincera y ampliamente.
- ¿Matarte? No querido mío, no. No voy a matarte. Voy a hacerte algo mucho peor. - Se acercó a él, para susurrarle al oído. Olía a Allure. - Voy a destuir tu nombre, voy a destuir quién eres, para siempre. Sé un niño bueno y levántate.
- Que te jodan, zorra. - Le escupió con sus restos de dignidad.
- Probablemente, pero probablemente no un viejo, gordo y calvo como tú.
- ¡Sólo tengo cuarenta y ...!
- Exacto. Dije viejo. Y eso - dijo, desdeñosa, señalando entre sus piernas, - es un poco demasiado pequeño para mis gustos. Levántate de una vez.
- Vete a la mierda.

Sacó un objeto rectangular, plástico, de algún lugar. Lo puso contra su cuello y él gritó cuando sintió la electricidad recorrer su cuerpo. El dolor agudo, reiterativo, inevitable de la electricidad sacudiendo tus músculos, contrayéndolos. Dejándole sin respiración y sin alivio.

- Ése es el voltaje más bajo. El más alto te causará un dolor como jamás has sentido, especialmente si lo uso con tus huevos. Ahora, levántate de una jodida vez.

2 observaciones suspicaces:

Anónimo dijo...

¡Cómo moooola! Yo quiero másssss

N. dijo...

Bravo. Nos tienes en ascuas. Pinta muy bien. ¿Qué ha hecho el interfecto para encontrarse en semejante tesitura? ¿Y ella... de dónde viene?