sábado, febrero 06, 2010

#69

Le encargué hoy a alguien que me escribiera un relato a cambio de perdonarle que no fuera a hacerme la compra. Es un poco vago. Me ha enviado esto.

* * * * *

-Eres un quejica -dices mientras rebuscas en tu armario, descalza-. Y además no tienes palabra.
-No es verdad.
La habitación casi a oscuras. Yo sentado en el borde de tu cama. Te observo con infinita inquietud mientras me recorre un escalofrío. Empiezo a pensar que quizá le he hincado el diente a un pez demasiado grande. A lo mejor no podría tragármelo. Siento mi corazón latir desesperadamente ante la perspectiva que me espera. Es muy tarde. Desde el salón, la música de Ray Charles se mezcla con el ruido de la lluvia golpeando en tu ventana. En mi mano, una copa de vino casi vacía. Tu voz resuena desde el armario.
-Pues cuando te dije que hoy quería follarte, viniste volando.
-Sí, aunque sabes que no estoy aquí por eso. -te replico intentando mantener un mínimo de dignidad.
-Ya. Pues te equivocas. Resulta que sí estás aquí por eso -contestas mientras sacas la cabeza del armario y me miras-. Voy a follarte para que se te quite la tontería conmigo. Ya te dije que algún día podría querer hacerlo. Y te pareció bien en su momento.
Por fin sacas del armario lo que estabas buscando. Sonríes ligeramente y me lo enseñas.
-He venido por estar contigo. No para follar. Y... desde luego no me imaginaba que cuando hablabas de follarme te referías a "esto" -digo mientras señalo al juguete con un dedo-. Y "esto" quizá sea demasiado... nunca me han...
-Insisto, eres un quejica. Ahora es demasiado tarde para eso. Haberlo pensado antes. Desnúdate y ponte a cuatro patas.
-Pero es que... -trato de ganar tiempo mientras asimilo lo que puede pasar-
-Dijiste que harías cualquier cosa por dormir conmigo, ¿no?
-Sí, eso es cierto.
-Pues esta es la condición. Que te dejes follar. Si no te dejas, puedes marcharte ahora mismo.
-Pero... yo sólo quiero dormir contigo.
-¿Y eso debería importarme? Elige, medianena.
Me quedo mirándote. De pie, vestida tan solo con un tanga gris y una camiseta del mismo color. Noto tus pezones a través de ella. Demasiados fantasmas vienen a mi cabeza. Puede que tenga fantasmas, sí. Como todo el mundo. Pero lo que sí sé es que ellos no me tienen a mí. Empiezo a pensar en si alguna vez podremos tener una relación un poco más... no sé. Normal.
Apuro la copa de vino y empiezo a desnudarme.
Me gustas tanto...

0 observaciones suspicaces: