viernes, febrero 04, 2011

No sé cuántos

Hay gente que, bajo estrés, comen de forma compulsiva. Otros utilizan drogas, estimulantes, tranquilizantes, alcohol, pegan al vecino, gritan en el fútbol o se cortan las venas. Yo soy mucho más primaria y levemente retorcida y, sencillamente, me apetece sexo. Es como un viaje a los imposibles universos posibles junto a viejos favoritos. Es entonces y casi siempre sólo entonces, que son mis fantasmas lo que más me ponen.