viernes, junio 30, 2006

#23

Un día me emborraché terriblemente y recordé que era un vampiro, así que tuve que emborrachar a un hombre hasta que estuvo tan terriblemente borracho como yo y beber su sangre. Le di a beber la mía, quise conservarle conmigo.

Al margen de esto, de ser o no ser un vampiro, he bebido sangre humana y he dado a beber la mía.

No sé qué tiene, pero dibujar con tu sangre sobre su cara o lamerla de sus manos me puso. No recuerdo bien cómo fue el asunto porque, como decía, estaba terriblemente borracha. Corté demasiado profundo y sangré bastante tiempo. La lamía mientras me follaba. Hubiera sido más poético que la lamiera mientras es la comía, como encontrar un equilibrio, quid pro quo, pero no fue así.

Lo único que aconsejo es agua oxigenada para limpiar las sábanas al día siguiente.

3 observaciones suspicaces:

Anónimo dijo...

La sangre es la vida.

Anónimo dijo...

Tengo es misma fantasia con sangre desde pequeño... nunca he encontrado nadie ni a quien me plantee decirsela.

No quiero acabar en un psiquiatrico.

Me voy a hacer una paja pensando en tu falta de nombre.

Maik Pimienta dijo...

Es una de mis fantasías de todos los tiempos, la de ser vampiro digo, por lo de la inmortalidad y tal...y mezclado el momento en que paso a la no-vida con el sexo más exquisito...uy...los pelos de punta se me ponen. Gracias por la idea. Muy sugerente.