viernes, junio 02, 2006

#15 - 2

Hoy me ha llamado.
- ¿Puedes quedar este mediodía? - Mierda, estoy trabajando.
- No, cielo, no puedo.
- ¿Mañana?
- También trabajo.
- Te llamo la semana que viene.
- Me parece perfecto. Ten un buen día, cuidate.

Paciencia, madre de virtudes. Lástima, tal vez de aquí al lunes se le olvide cómo olía mi cuello mientras me sentaba en sus rodillas, hablando de cervezas y cultivos caseros. ¿Qué se le va a hacer? No siempre se puede ganar. También puede que no se le olvide.

1 observaciones suspicaces:

Maik Pimienta dijo...

Es fácil no olvidar eso si viene acompañado de promesa sexual implícita. Los hombres somos muy simples, se nos activan las alarmas con una sola insinuación. Yo soy la prueba fáctica.

Un beso.