lunes, junio 11, 2007

#45

Escuchando La Zarzamora - Lola Flores

Eran 25, una 36 y las 11:30 de la mañana, contando ya por el tercer dedo de la mano derecha las razones por las que no debería estar ahí.

Uno, no tiene sentido. Dos, no sirve para nada. Tres, me está mintiendo. Cuatro, debe estar con otra. Cinco, estoy casada. Seis, no lo entiendo. Siete, me da miedo. Ocho...

Me abraza como si fuera virgen y me fuera a romper. Me voy a romper si esto no es perfecto; si una sola palabra era mentira.

He tenido dos noches. Han sido tres meses. Ahora tengo siete días. Luego no habrá nada. Ambos lo sabemos, pero vamos a fingir que no acabará nunca mientras dure esta semana.

- Vámonos. Necesito besarte sin ropa.

Hace calor y buscamos vino. Cualquier cosa con la que brindar. Beberé de su boca y él de la mía, como hicimos la última vez con la última botella de vodka. La mitad me resbalará por el cuello y la lamerá de mi pecho. Le pediré que me muerda. Le pediré que lo haga más fuerte. Me mirará extrañado y gemiré, sólo para que lo oigan en la habitación de al lado.

La habitación es pequeña y hace calor. Me molesta la ropa pero me molesta más la suya.

En mi cabeza él me la quitaba a mí y por alguna razón me preguntaba:
- ¿Te lo tragas?

Y yo le decía:
- Ahora me lo cuentas. - Y me reía.

1 observaciones suspicaces:

Adriana Bañares dijo...

Hola Nena... he estado sin venir un tiempo y me puesto al día... Sigues siendo estupenda.

Me tomaré un café, eso sí, con una gotita de vodka a tu salud. Y a ver si de paso actualizo mi blog...