La última vez que decidí rodar una de mis historias con una de mis lectoras fue un completo desastre. Fue la primavera pasada, en un hotel de la costa, y tenía todos los ingredientes: lencería extremadamente sexy, tacones, cuerdas y una videocámara.
¿Y el desastre? Cuando tras toda una retahíla de azotes, arañazos y mordiscos estaba a punto de sodomizarla, me dice que por el culo no, que lo reserva para su futuro marido, el hombre de su vida. Con esas palabras.
En ese momento, a uno le entra la risa y pierde el interés, lo que queda de puta pena cuando estás grabándolo en vídeo. Y te quedas con un recuerdo patético que te acompañará durante muuucho tiempo. Eso si, en HD.
...me gusta no tener nombre... y los tacones altos y el jazz. Los libros viejos y Bauman, Eco, Borges. Las películas de Blake y la ropa interior de H&M. Me gusta ser hortera. Los peluches, los muñecos inútiles, el tarot y los libros de quiromancia. El ron y el whisky (solo). Los sábados por la noche escuchando música en casa. El silencio. Las cosas con teclado. Las sábanas limpias de color oscuro. Mis zapatillas de ir por casa. Dentro del Laberinto. Madrid. Hyboria.
2 observaciones suspicaces:
La última vez que decidí rodar una de mis historias con una de mis lectoras fue un completo desastre. Fue la primavera pasada, en un hotel de la costa, y tenía todos los ingredientes: lencería extremadamente sexy, tacones, cuerdas y una videocámara.
¿Y el desastre? Cuando tras toda una retahíla de azotes, arañazos y mordiscos estaba a punto de sodomizarla, me dice que por el culo no, que lo reserva para su futuro marido, el hombre de su vida. Con esas palabras.
En ese momento, a uno le entra la risa y pierde el interés, lo que queda de puta pena cuando estás grabándolo en vídeo. Y te quedas con un recuerdo patético que te acompañará durante muuucho tiempo. Eso si, en HD.
Me parece glorioso lo del "hombre de su vida". Algo hay que guardar, desde luego, pero quizá no hace falta que sea tan físico.
Me parece una escena magnífica.
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