lunes, abril 18, 2011

#85 extrasolar



No fue hasta seis meses más tarde que empecé a preocuparme por su ausencia. Es normal perder a alguien de vista un tiempo, indeterminado, cuando se gana la vida como cazarrecompensas. Había aceptado un encargo en Io, pero el tránsito por Júpiter es rápido en esta época del año. Me preocupó que lo cogiera pero el dinero nos vendría bien. Teníamos un plan. Siempre hay un plan. Siempre es un plan caro. Io es básicamente un lugar pacífico, excepto dónde no lo es. Es como el efecto rebote, ante el control extremo se plantea el caos absoluto. Por supuesto, él iba al epicentro de ese caos.

Aproveché un encargo en Ganímedes que apenas cubriría los gastos para ir juntos hasta Júpiter. El tiempo siempre pasa rápido en buena compañía. "Déjame algo para recordarte mientras estás lejos". El cachondo me dejó un par de moratones en el culo. Me acordé de él y de su madre en los días siguientes. Era parte de su encanto.

Mi tiempo estimado eran 10 días, que rematé en 5 para sacar el bono. Él estimaba un mes. Decidí tomármelo con calma y whisky.

El cabo de un mes seguí sin noticias. Lógico, la conexión era probablemente inexistente en e Io profundo. Dos meses. Tres. Cino. A los seis empecé buscándole en las redes. Debía haber algún rastro. Ni trazas.



Sé que ha habido un problema y me marcho hasta Io a buscarlo. Son tres meses más. No puede haber muerto porque no quiero que sea sí. Dos meses más en el epicentro, pero ésa es otra historia que te contaré cuando te encuentre. Lo importante es que ahora sé que estás en un sistema extrasolar. Voy por ti. Te veo pronto. No quiero esperar.


De aquí a cinco siglos, cuando vuelva a tocarte. Más te vale no estar muerto.

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