miércoles, marzo 25, 2009

#61

Era terriblemente pedante, como un grano en el culo recitando Fausto, releyendo a Proust, recalcando que la corrección y la sabiduría estaban en sus manos y sólo en las suyas. Con puntos, con comas, con acentos, con la boca llena de tonterías y pidiendo que alguien le puteara. "Busco una mujer que me haga sentir como un gusano, que me tenga para sus caprichos, aunque sólo fea lavar los platos, fregar el suelo, hacer la compra", me dijo. Y yo necesito que me arreglen la lavadora.

Llegó al cabo de una hora. No lo esperaba, a la gente se les llena la boca de palabras. Le pedí el DNI en la puerta, para comprobar que el nombre que me había dicho era cierto. Me senté y encendí un cigarro mientras le preguntaba. "Me gustaría que fueras gorda, vieja y fea", me dijo cuando hablamos. Me encanta decepcionar a la gente. Tardé un poco en pedirle que se sentara él también. Me contó por qué no podía mantener una relación normal con las mujeres. Yo me preguntba qué hacía un desconocido en mi casa, contándome su vida. Tengo mejores cosas que hacer. Le corté a mitad para que mirásemos mi problema con la lavadora. No pudo solucionarlo. "Ya te vale, vienes hasta aquí para eso y ni tan poco eres capaz de hacer." "Lo siento", respondió. "De veras que lo siento, perdóname. Buscaré la pieza, lo arreglaré si me dejas". Asentí y le dije que se marchara.

Volví al chat. Al rato volvió él. Hablaba con otro conocido, riéndome del idiota que había venido a arreglarme la lavadora. Qué lástima que se hubiera ido, necesitaba planchar unas camisas. Me preguntó, le conté y me dijo que vendría a planchármelas pero que ahora tenía un compromiso. Que había sido muy intenso, que quizá yo era esa dómina especial que llevaba tanto buscando, pero que en un rato había quedado para conocer a otra. Le dije que no se preocupara, que suerte buscando y que se olvidara de mí. No comparto mis juguetes.
- ¿Soy tu juguete?
- No, pero no vas a serlo.
- Le diré que lo siento. He de ir, es mi palabra y valgo lo que ella. Pero le diré que no puedo tener nada.
- Cada uno es dueño de sí mismo. Haz lo que quieras. Ya lo hiciste, no me intereas.

Se fue, volvió dijo que vendría a mi casa a plancharme la ropa. Aunque estuviera enfadada, aunque no le abriera. Vino. No le abrí.

Lo más estúpido de esto, es que le mató de morbo.

sábado, marzo 21, 2009

#60



xxx: me pones al borde del abismo
lasinnombre: el abismo sonríe a veces
xxx: quizá me apetececiera sentarme en tu cara y equivocarme con la ubicación de tu vagina, aunque ya se que es un poco clásico
xxx: además tu no eres de las que se deja humillar
xxx: al menos no de forma abierta
lasinnombre: eso son juegos de cama, puede valer
xxx: en cualquier caso si no te quitas los tacones mejor que mejor
lasinnombre: es complicado moverse en una cama con tacones
xxx: nadie te ha pedido que te muevas demasiado
lasinnombre: cómo de alto eres?
lasinnombre: por ahora no has pedido nada
xxx: unos 20 o 30 centímetros más alto que tu
lasinnombre: si no te das con las puertas, es poco probable
xxx: digo sin contar con los tacones
lasinnombre: sin contar con los tacones
xxx: si eres tan alta puede ser interesante ponerte un cubo con agua y fumar un cigarro mientras veo como bebes a cuatro patas
xxx: así podría mirar para abajo
lasinnombre: seria un proceso interesante
lasinnombre: la primera reaccion sería tirártelo a la cara
xxx: y la primera mia darte una fuerte hostia en las nalgas
xxx: al final vamos a terminar haciéndonos daño
lasinnombre: a mí no me importa, me gusta el dolor. El problema es si te gusta a ti.
xxx: también te gusta el dolor de lo que te puedo susurrar al oido
xxx: ?
lasinnombre: que podrias susurrarme que fuera doloroso?
xxx: escrito no es lo mismo que hablado
lasinnombre: prueba
xxx: es muy sencillo: cerda calenturienta
lasinnombre: eso es ofensivo? me encanta que me follen, me encantan las cosas obscenas y creo que es un gusto compartido
xxx: te quedaría de lujo sobresaliendo por el ano un consolador anal que termine en forma de cola de cerda
xxx: lo has usado? porque tengo uno
lasinnombre: es probable, crees que tendrás ocasión de comprobarlo?
lasinnombre: creo que quedaría genial con las manos atadas a la espalda, la cara hundida en la almohada, amordazada y esperando
xxx: que tienes que hacer mañana por la tarde aparte de hacer de cerda para mi?
lasinnombre: qué haces ahora?
xxx: ahora es imposible que pueda ir a follarte, tengo un pequeño viaje en unas horas
lasinnombre: sabes que seria más divertido que dormir

#59

Me mantuve muy firme y muy quieta, esperando que me dijera qué iba a pasar. "Espérame", me dijo. Estábamos en mi casa, tenía las manos atadas y la ropa rota. " Volveré cuando sea el momento." Después, se lo tragó la oscuridad. Al cabo de seis horas conseguí soltarme. Hasta dos días después, no dejé la casa. No quería moverme, por si volvía. Quería estar ahí, esperándole.

No volvieron ni él, ni su sombra, ni, al cabo de algún tiempo, su fantasma a molestarme.

Pasó al menos un año, diría que casi dos hasta que volví a pensar en él. Empecé a pensar en él una mañana, desperezándome en la cama. Me dio la misma sensación que las mañanas que despertaba en su cama y él ya se había levantado. Esperaba verle entrar por la puerta en cualquier momento. Me di la vuelta, pensando que quizá entraría cuando menos lo esperase.

Él entraba y yo me quedaba en esa sensación de duermevela. Me daba un beso en la boca y rebuscaba entre las sábanas y se me mezclaban las imágenes de los sueños y la cama. Sé que me destapaba porque siempre me despertaba con frío. Sé que después te sentabas a mirarme y te masturbabas, porque me despertaba con la barriga y las tetas pegajosas. Después te sentabas junto a la cama y me deslizabas un dedo entre los labios hasta que me humedecía. Creo que me lamías por cómo sabías al besarme, cuando me despertaba. Tardaba en despertarme, entreabría los ojos mientras me lamía y no conseguía abrirlos del todo cuando empezaba a meterme un dedo y luego dos. Soñaba que me follaba y para cuando me despertaba ya estaba haciéndolo.

Esa mañana me desperté pensando que le encontraría tras mío, retorciéndome un pezón, dentro de mí, susurrándome buenos días al oído, y volvió a acecharme durante las noches.

Guardé silencio, porque dijo que volvería. Hoy recibí sus palabras como si los dioses hubieran bajado a la tierra, me hubieran señalado y sonreído. Fue un mensaje breve, "no voy a volver."

domingo, marzo 15, 2009

#58


Dejó la ventana abierta por el calor. No la dejó abierta para ti. Deja de mirarla, mírame a mí. Estoy retorciéndome delante tuyo, deshaciéndome ante tus ojos. No tengo gran cosa que ofrecerte, pero tampoco sé qué quieres. Dime, en dos palabras, qué quieres de mí, qué deseas de ella que no puedas ver en mis ojos. Sabes, como sé yo, que la deseas porque no puedes tocarla y yo, en cambio, estoy a tu lado, abrazándote e intento que dejes de pensar en ella recorriendo tu piel, abriendo tus ojos, gimiendo más alto. Te despierto de madrugada besándote para que no pienses en ella. Te hago el amor mientras tú me follas, para que mañana todavía vuelvas.

Me siento como un trozo de carne y te abrazo, sudada y rodeada de sangre, para pegarme a ti. Para que no te marches, para que no desaparezcas ni a las cuatro ni a las cinco, para compartir un café y robarle al tiempo, aunque tan sólo haya eso, un día más.

lunes, marzo 09, 2009

Ligar por Internet

Me siento siempre malvenida a mis propios dominios, como una cría de dragón en un páramo olvidado.

Ligar, en sí mismo, no es difícil, ni de forma presencial ni por la red. Requiere ciertas dosis de encanto personal, labia, estadística y morro. Hay un axioma básico que debe tenerse en cuenta para ligar: todo el mundo desea sentirse deseado. El corolario a este axioma es: todo el mundo se siente solo, indefenso, indeseable, indeseado. El punto de vista elegido depende de a qué lado de la fuerza nos situemos.

Mi ejemplo eterno es el del bar, a la hora de hablar de ligar por la red. Imaginemos por un instante que estamos en un bar lleno de gente a la que no conocemos. Vemos, al fondo de la sala, a una persona, que por cualquier razón (sus ojos, sus manos, el olor que promete su piel o cualquier otro indiscriptible o demasiado descriptible rasgo personal) nos atrae hacia ella. Nos acercamos, con paso firme, a su lado. Empezamos la conversación:
- Quiero follarte.

Lo más probable es que la conversación terminase ahí. Existen escasas ocasiones en las que una respuesta positiva pueda darse (un morbo oportuno despertado por cuestión de suerte, encontrarnos en un bar liberal o que los dDioses, en un arrebato de sentido del humor macabro, decidan que es tan triste, que ha de colar) pero, lo más probable, es que nos vayamos con las manos vacías.

Existen múltiples versiones de esto, empezando por el "hola, ¿cómo estás? ¿Puedo comerte el coño?" pasando por el "¿y a ti qué te gusta que te hagan en la cama?". Son todas equiparables e inefectivas. Recordemos, queremos que la persona se sienta deseada. Eso sólo te hace sentir un pedazo de carne, un objeto con el que masturbarte, algo que daría igual que fuera ella o cualquier otra, siempre y cuando se ponga a cuatro patas y te dé a elegir por arriba o por abajo. No es una buena opción.

Ligar por internet, por otra parte, te coloca en desventaja: no puedes demostrar lo interesante que eres, lo bien duchadito que vas ni dar un beso desprevenido. Tampoco puedes tomar la última en casa. Hay que crear un interés previo para pasar a la realidad. La realidad es que hay mucho más hombres que mujeres y que éstos se lanzan mucho más, con lo que las mujeres eligen.

Hay que hacerse interesante. Todos los querys, mails o contactos son parecidos. ¿Para qué contestar a alguien que es igual que el resto? Mi tiempo, como mujer, es limitado. No me apetece perderlo con un tío igual de poco interesante que el de al lado. Tu mensaje ha de captar la atención de la persona que lo lee desde el primer momento. Si no puedes pensar en nada interesante, vete a un bar, hazte el misterioso y espera hasta que alguien pique. Aqui toca pensar. Busca una forma de llamar la atención sin parecer un psicótico.

El camino recto es el más largo, el que te llevará directo a la nada. No vale entrar a saco. Gánate la confianza de la chica, sin convertirte en su colega de toda la vida. Invierte tiempo en msn en conocerla, sin pedirle que ponga la cam. Saca aficiones en común, saca interés, saca unas charlas y el café vendrá solo, generalmente no para quedar en un hotel sino para hacer algo juntos (porque harás los deberes y, si le gusta el arte decimonónico, encontrarás una exposición a la que llevarla). Luego, la última sí puede ser en casa.

Básicos son el respeto, la constancia y el no mostrarse desesperado por meterla. Vísteme despacio que tengo prisa.