sábado, marzo 21, 2009

#59

Me mantuve muy firme y muy quieta, esperando que me dijera qué iba a pasar. "Espérame", me dijo. Estábamos en mi casa, tenía las manos atadas y la ropa rota. " Volveré cuando sea el momento." Después, se lo tragó la oscuridad. Al cabo de seis horas conseguí soltarme. Hasta dos días después, no dejé la casa. No quería moverme, por si volvía. Quería estar ahí, esperándole.

No volvieron ni él, ni su sombra, ni, al cabo de algún tiempo, su fantasma a molestarme.

Pasó al menos un año, diría que casi dos hasta que volví a pensar en él. Empecé a pensar en él una mañana, desperezándome en la cama. Me dio la misma sensación que las mañanas que despertaba en su cama y él ya se había levantado. Esperaba verle entrar por la puerta en cualquier momento. Me di la vuelta, pensando que quizá entraría cuando menos lo esperase.

Él entraba y yo me quedaba en esa sensación de duermevela. Me daba un beso en la boca y rebuscaba entre las sábanas y se me mezclaban las imágenes de los sueños y la cama. Sé que me destapaba porque siempre me despertaba con frío. Sé que después te sentabas a mirarme y te masturbabas, porque me despertaba con la barriga y las tetas pegajosas. Después te sentabas junto a la cama y me deslizabas un dedo entre los labios hasta que me humedecía. Creo que me lamías por cómo sabías al besarme, cuando me despertaba. Tardaba en despertarme, entreabría los ojos mientras me lamía y no conseguía abrirlos del todo cuando empezaba a meterme un dedo y luego dos. Soñaba que me follaba y para cuando me despertaba ya estaba haciéndolo.

Esa mañana me desperté pensando que le encontraría tras mío, retorciéndome un pezón, dentro de mí, susurrándome buenos días al oído, y volvió a acecharme durante las noches.

Guardé silencio, porque dijo que volvería. Hoy recibí sus palabras como si los dioses hubieran bajado a la tierra, me hubieran señalado y sonreído. Fue un mensaje breve, "no voy a volver."

1 observaciones suspicaces:

desagradecida dijo...

...precisamete hoy pensé en esos polvos mañaneros, polvos sin apenas abrir los ojos, polvos como ensoñaciones.
Y también supe que no iba a volver, pero ya no me importa.