viernes, julio 21, 2006

# 29

Llego a tu casa mirando el suelo. No llevo ropa interior porque ya no me dijiste más de qué color la querías. Pensé en meter tangas de varios colores en la mochila y tirártelos a la cara cuando abrieras la puerta.

Me abres y me miras mal.
- Estoy ocupado, ¿qué quieres?

Me da morbo cómo me ignoras, pero tengo mis límites.

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