lunes, marzo 19, 2007

in absentia suma

No sé si mi cabreo es lícito.

Dormía, desperté y a mi pareja le comía la polla otra.

Le miré. Cerré los ojos. Volví a mirar y no era mi imaginación.

Nos despedimos de la gente del lugar y forcé una sonrisa.

En la calle mantuve la compostura unos 10 pasos. Uno. Dos. Tres. Diez. Luego empecé a gritarle exactamente qué se creía que hacía.

Llegamos a casa de día. No sé si era que me empezaba la resaca, pero estuve a punto de abofetearle en la calle. No lo hice y casi me arrepiento. Por tanta decepción. Tanta mierda y tanta tontería.

¿No querías una relación monógama? ¿No eras tú el que quería que no me fuera con otra gente? ¿No eras tú el que decía que yo y sólo yo hasta el fin de los tiempos? Exacto, hasta que le metas la polla en la boca a una rubia oxigenada mientras yo no estoy contigo.

Si yo te perdono. Claro que te perdono. Lo único que ocurre es que ya no confío en tu palabra. La próxima vez que salgas con tus amigos por ahí, ya no me creeré lo que me dices. La próxima vez que vuelvas tarde del trabajo. La próxima vez que me digas que yo y sólo yo. Si lo de menos es la rubia y tu polla y el fondo de su garganta, lo de más es que faltaste a tu palabra en algo que venía a ser importante y sacro. Obviamente, yo no lo soy así que a saber.

A saber: te quiero fuera de casa esta semana.

10 observaciones suspicaces:

Anónimo dijo...

Lícito es.

Anónimo dijo...

Bibliografía:

Peter Sloterdijk, "Crítica de la razón cínica". Madrid: Taurus, 1989. Los capítulos dedicados al cinismo sexual.

Zygmunt Bauman, "Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos". México / Madrid: Fondo de Cultura Económica, 2005. ¿Es el mismo Bauman de tus gustos? [Por cierto, me gusta tu lista de querencias].

Sigue con salud, sinnombre

nadasé

Maik Pimienta dijo...

Um, ambiguo el concepto de la fidelidad. No equivale a una traición compartir el cuerpo, sí el corazón. Es por la estúpida manía de creer que la otra persona nos pertenece, cuando es ella la que elige compartir su tiempo con nosotros. Pero a mí que no me lo hagan.

Anónimo dijo...

Pues en mi humilde opinion, es licito absolutamente, y sus desconfianzas posteriores tambien. ahora...como era aquello de jugar con fuego y quemarse...ejem.

Anónimo dijo...

Ha pasado la semana.
Sigue en casa?

Anónimo dijo...

Sigue.

Otro día lo cuento.

Anónimo dijo...

- Otra vez desaparecida. Y yo sigo entrando periodicamente, con la esperanza de encontrar un articulo nuevo uno de estos días. Espero que no te ausentes por mucho tiempo más.

Anónimo dijo...

Es cierto, Nenesinnombre, ¿dónde está?
La echo de menos, a usted y sus fantasías.

Un beso.

Betote dijo...

El cabreo es lícito. Tu silencio no ;)

Cronista Disperso dijo...

¿Fue este el final de tan interesante blog?

¡Vuelve pronto, Sinnombre!